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A medida que la tecnología financiera continúa evolucionando, también lo hace la narrativa en torno a la riqueza: cómo se construye, administra y se transmite. La sesión del Miami Fintech Club de la semana pasada, El futuro de las inversiones digitales, lo enfocó con nitidez.
Organizado en BCP Global, el panel contó con:
Su discusión, aunque rica en conocimientos técnicos, siguió girando en torno a algo profundamente humano: el acceso, la comprensión y las relaciones.
Tres señales estratégicas que destacaron 1. Los mercados privados ya no son solo para los ultra ricos
Gracias a las nuevas plataformas de tecnología financiera y estructuras de fondos, los mercados privados están pasando de ser exclusivos a ser accesibles. David López M describió cómo vehículos como los fondos semilíquidos con un mínimo de 50 000 dólares (frente a los 10 millones de dólares históricos) están abriendo las puertas al capital privado, el crédito, la infraestructura y el sector inmobiliario para personas con un alto patrimonio neto.
No se trata de un movimiento marginal. Es un cambio estructural en la asignación de la riqueza, y está creciendo rápidamente en América Latina, donde las personas ya, sin saberlo, están expuestas a alternativas a través de los fondos de pensiones.
«La percepción de la liquidez importa más que la liquidez en sí misma».
— David Lopez M, BlackRock
2. La IA es un copiloto, no un reemplazo
Ya sea para agilizar el reequilibrio de la cartera, simplificar las conciliaciones fiscales o ayudar a los clientes a navegar por formularios complejos, la IA aumenta, no reemplaza, la función del asesor. Lo que ha quedado claro es que el mayor valor de la IA en la actualidad está en inteligencia operativa y habilitación de clientes.
Santiago Maggi lo formuló bien: usa la IA donde tenga sentido, pero no olvides quién es tu cliente. No todo el mundo quiere (o necesita) una automatización total.
«Los modelos de copiloto funcionan mejor, especialmente cuando los clientes quieren sentirse informados antes de hablar con un asesor».
— Santiago Maggi, BCP Global
3. ¿El diferenciador? Empatía y acceso
En un mundo en el que la información es una mercancía, el acceso es el diferenciador y la empatía es el foso. Daniel Farmer hizo hincapié en cómo su empresa se centra en la dinámica familiar (planes patrimoniales, transiciones e incluso partidos de fútbol) y en cómo esos momentos de la vida son los que crean verdadero valor.
A medida que la IA realiza más análisis, el elemento humano se vuelve más crítico: comprender lo que no se dice, guiar las decisiones a largo plazo y navegar por el legado.
«Ya no eres solo un corredor. Eres un gerente involucrado y, a veces, un psicólogo».
— Daniel Farmer, Higtree
Qué significa esto para los fundadores e innovadores
El panel se cerró con consejos para emprendedores de tecnología financiera. Construya con longevidad y claridad. La IA puede potenciar tus herramientas, pero si no resuelves un problema real e inmediato para tu público objetivo, corres el riesgo de llegar cinco minutos antes y quedarte sin capital.
«No construyas solo lo que es sexy. Construye lo que resuelve».
— Santiago Maggi
Si se dirige a la próxima generación de poseedores de patrimonio, comprenda sus expectativas: transparencia, interfaces tecnológicas nativas y orientación personalizada en tiempo real.
La opinión de Scalto
Como equipo profundamente involucrado en la creación de marcas y la expansión de empresas de tecnología financiera, nos fuimos con una clara reafirmación: la diferenciación radica en la combinación de la habilitación digital y el matiz humano.
No es tecnología o confianza. Es confianza impulsada por la tecnología.
En la era de la IA y las finanzas transfronterizas, las empresas que ganen no solo ofrecerán productos más inteligentes, sino que también ofrecerán conversaciones más inteligentes.
¿Cuál considera que es el mayor punto ciego en el ecosistema de tecnología patrimonial actual?
